El dominio de Dios sobre todo lo que existe
Cuando leemos en las Sagradas Escrituras hablar sobre el reino de Dios, podemos decir que se refiere de forma general, al reinado o dominio de Dios sobre todo lo que existe. Dios es el Creador del universo y todo le pertenece. ¡Él reina y reinará por toda la eternidad !
El siguiente artículo es un resumen del libro "El Reino de Dios" del padre Benjamín Bravo Pérez, sacerdote mexicano, especialista en Pastoral Urbana de la Arquidiócesis Primada de México y profesor de la Universidad Pontificia de México, fallecido en febrero 2021, a la edad de 80 años, habiendo dejado un gran legado en pastoral urbana. El padre Benjamín Bravo, aseguraba en sus conferencias y cursos que, para realizar una buena Pastoral Urbana, la Iglesia está obligada a salir y palpar la realidad de la ciudad, no sólo verla o analizarla desde fuera, pues, "la ciudad es un libro de enseñanza, una fuente de aprendizaje". Es así como deseamos que al ir leyendo y reflexionando sobre el Reino de Dios nos ayude a buscar ser uno con Cristo. "No hay judío ni griego ; no hay esclavo ni libre ; no hay hombre ni mujer ; porque todos sois uno en Cristo Jesús". (Gálatas 3 :28-29)
"El Reino de Dios" P. Benjamín Bravo
Cuando empiezan a actuar pequeños grupos transformando alguna realidad de su pueblo o colonia, crece no sólo su entusiasmo, sino la convicción de que sí se puede. En la medida en que crece la calidad de sus acciones, la gente se siente un pueblo al que Dios acompaña y ayuda. Lo descubre así, como el Dios de su historia, haciendo de ésta, una historia de salvación.
En este proceso, llega el día en que escucha un vocablo que resume toda su práctica transformadora : Reino de Dios. El término Reino de Dios se vuelve entonces, para el pueblo que camina, el resumen que concentra todas sus luchas, avances y retrocesos, triunfos derrotas y anhelos de una vida y un mundo más justos e igualitarios.
Entones el Reino de Dios se convierte en algo palpable : acciones concretas para transformar la realidad de una comunidad como por ejemplo ; despensas para necesitados de la comunidad ; visitas a enfermos ; apoyo a moribundos ; jornadas de trabajo comunitario ; establecimiento de comedores comunitarios, tianguis solidarios de trueque ; cocinas populares ; recoger firmas para un servicio indispensable ; valorar la organización como un medio para conseguir estos beneficios que son sus derechos ; la lucha por una alimentación digna, unirse con otras personas a nivel local, nacional o internacional en busca de un mismo ideal.
Hemos de descubrir que aquellas personas que incluso se dicen no cristianas o ateos, en el fondo también poseen valores evangélicos – arrojo, valentía, caridad, buscan la justicia social y trabajan incansablemente por el pueblo más desfavorecido y pobre.Llega entonces el día en que los cristianos-católicos comprometidos en estas luchas y otros cristianos que aún no se involucran, llaman a todas estas acciones "Reino de Dios", resumen todos estos logros y esfuerzos en frases sencillas : "estamos construyendo el Reino de Dios", ¡es el Reino de Dios !", "estamos luchando por el Reino de Dios".
Algunos cristianos-católicos, no todos, dan un paso más en su conversión a Dios y a sus hermanos y hermanas. Con la ayuda de la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia, descubren que todo esto es obra de Dios, es el reinado que Él busca instaurar por todos los medios y no sólo a través de la Iglesia Católica ; se dan cuenta de que este reino es un regalo de Dios para toda la humanidad ; es un regalo por amor que nos ha hecho y que nosotros lo único que debemos hacer es acogerlo y hacerlo nuestro en forma activa y práctica.
Lo que toca hacer es rezar y orar mucho para que venga el Reino y saber acogerlo en forma práctica, imitando a Jesús de Nazareth, quien nos dijo en numerosas ocasiones que "Él es el Reino de Dios en medio de nosotros".
Quien sigue a Jesús, en su manera de hablar y de actuar, hasta el grado de dar su vida -con sangre o sin sangre- por la instauración de este Reino, Dios lo resucitará, como Jesús mismo resucitó.
Este caminar por la tierra, culmina con Dios, el Padre de Jesús, el día que nos encontremos con Él cara a cara : las alegrías que el Reino proporciona en esta tierra, no se comparan con el "banquete celestial" que Dios tiene preparado para los que se sentaron a comer en esta tierra, en bellas convivencias, celebrando los logros conseguidos. Dios quiere perfeccionar estas convivencias terrenales, dándonos un alimento y una bebida gracias a la cuales ya NO tendremos hambre ni sed jamás.
Continuará…